martes, 26 de abril de 2016
miércoles, 20 de abril de 2016
lunes, 18 de abril de 2016
jueves, 14 de abril de 2016
words in the loft
I do not mind,
much less, apparently,
I am what each,
of me I want to see.
More grotesquely,
more Dantesque,
a complex story,
or a simple sketch,
Hell himself,
with all their cries,
or the sea of paradise,
in a serene dawn.
Here I am, barefoot,
a handful of errors,
and a few virtues,
including peppered.
And I urge life,
anointed vanity,
and I urge me to death,
who shares my days.
I love far as I can,
as far as it silence,
hatred until oblivion,
your name is carried in the wind.
The nine muses know me,
and they know that before twelve,
must flee from me,
not to be slaves in my night.
Still alone,
It seems I was always alone,
munching dreams,
in the river of the deaf,
taking heavily loaded coffee,
scrabbling in yesterday,
that endless minute,
I do not want to recognize,
and sometimes deeply I believe,
without knowing,
I Pedro,and I am wolf,
escaping the mob in the echo.
I am a house without windows,
with a white daisy,
no one has seen inside,
that will never see the morning;
and silence,
witness of my banishment,
my absent words,
and the misadventures of my kisses.
Little remains in my book,
Time is not the friend,
that in the last meters,
You can stay with me.
much less, apparently,
I am what each,
of me I want to see.
More grotesquely,
more Dantesque,
a complex story,
or a simple sketch,
Hell himself,
with all their cries,
or the sea of paradise,
in a serene dawn.
Here I am, barefoot,
a handful of errors,
and a few virtues,
including peppered.
And I urge life,
anointed vanity,
and I urge me to death,
who shares my days.
I love far as I can,
as far as it silence,
hatred until oblivion,
your name is carried in the wind.
The nine muses know me,
and they know that before twelve,
must flee from me,
not to be slaves in my night.
Still alone,
It seems I was always alone,
munching dreams,
in the river of the deaf,
taking heavily loaded coffee,
scrabbling in yesterday,
that endless minute,
I do not want to recognize,
and sometimes deeply I believe,
without knowing,
I Pedro,and I am wolf,
escaping the mob in the echo.
I am a house without windows,
with a white daisy,
no one has seen inside,
that will never see the morning;
and silence,
witness of my banishment,
my absent words,
and the misadventures of my kisses.
Little remains in my book,
Time is not the friend,
that in the last meters,
You can stay with me.
palabras en el altillo
Palabras en el altillo
No me importa ser,
mucho menos, parecer,
soy lo que cada uno,
de mi quiere ver.
Más grotesco,
más dantesco,
una historia compleja,
o un simple bosquejo,
el mismísimo infierno,
con todos sus lamentos,
o el mar del paraíso,
en un amanecer sereno.
Heme aquí, descalzo,
de errores un puñado,
y unas pocas virtudes,
entre ellos salpicados.
Y me urge la vida,
en vanidad ungida,
y me urge la muerte,
que comparte mis días.
Amo hasta donde puedo,
hasta donde cabe el silencio,
odio hasta que el olvido,
se lleve tu nombre en el viento.
Las nueve musas me conocen,
y saben que antes de las doce,
deben huir de mi lado,
para no ser esclavas en mi noche.
Sigo solo,
parece que siempre estuve solo,
masticando sueños,
en el río de los sordos,
tomando muy cargado el café,
escarbando en el ayer,
ese minuto infinito,
que no me quiere reconocer,
y a veces profundamente creo,
que sin saber, soy Pedro,
y también que soy el lobo,
escapando de la turba en el eco.
Soy una casa sin ventanas,
con una margarita blanca,
que nadie ha visto por dentro,
que nunca verá la mañana;
y el silencio,
testigo de mis destierros,
de mis ausentes palabras,
y las desventuras de mis besos.
Poco queda en mi libro,
el tiempo no es el amigo,
que en los últimos metros,
pueda quedarse conmigo.
No me importa ser,
mucho menos, parecer,
soy lo que cada uno,
de mi quiere ver.
Más grotesco,
más dantesco,
una historia compleja,
o un simple bosquejo,
el mismísimo infierno,
con todos sus lamentos,
o el mar del paraíso,
en un amanecer sereno.
Heme aquí, descalzo,
de errores un puñado,
y unas pocas virtudes,
entre ellos salpicados.
Y me urge la vida,
en vanidad ungida,
y me urge la muerte,
que comparte mis días.
Amo hasta donde puedo,
hasta donde cabe el silencio,
odio hasta que el olvido,
se lleve tu nombre en el viento.
Las nueve musas me conocen,
y saben que antes de las doce,
deben huir de mi lado,
para no ser esclavas en mi noche.
Sigo solo,
parece que siempre estuve solo,
masticando sueños,
en el río de los sordos,
tomando muy cargado el café,
escarbando en el ayer,
ese minuto infinito,
que no me quiere reconocer,
y a veces profundamente creo,
que sin saber, soy Pedro,
y también que soy el lobo,
escapando de la turba en el eco.
Soy una casa sin ventanas,
con una margarita blanca,
que nadie ha visto por dentro,
que nunca verá la mañana;
y el silencio,
testigo de mis destierros,
de mis ausentes palabras,
y las desventuras de mis besos.
Poco queda en mi libro,
el tiempo no es el amigo,
que en los últimos metros,
pueda quedarse conmigo.
miércoles, 13 de abril de 2016
jueves, 7 de abril de 2016
miércoles, 6 de abril de 2016
lunes, 4 de abril de 2016
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