domingo, 20 de febrero de 2022

FRÁGIL PASIÓN

Se sentó en mi falda,
sin saber el por qué lo hacía,
sólo por sentarse en la falda,
de un don nadie como yo,
apenas para sentir otro calor,
proveniente de otra nada;
no era amor, tampoco deseo,
era simplemente un recreo,
que a sus días de luna,
quería aquella vez regalar,
y de mi amor ahora eterno,
un minúsculo accidente,
que en el torrente de mis venas,
navegó por mi cuerpo,
para no olvidarla jamás.
De la prolija pasión,
que invocamos a destiempo,
a los juegos de la piel,
que nunca supe a qué jugaba,
saltaron por el balcón las mañanas,
que ella había propuesto,
y en un silencio interminable,
en el umbral de las palabras,
como una leona cansada,
se quedó dormida en su mundo,
alejándome de ella,
alejándome de mí también.

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