martes, 25 de enero de 2022

SIN CUMPLIDOS

Un gato,
a modo de despedida,
lamió su mejilla,
caminó a su alrededor,
ronroneó como un suspiro,
y volvió a los tejados,
para seguir al descuido
seduciendo a la luna.
Una tibia brisa,
lo arropó con hojas caídas,
mientras le acomodaba,
prolijamente la solapa,
llevando su perfume,
hasta la próxima esquina.
Pasos indiferentes,
oídos sordos,
miradas esquivas,
y esa sensación vacía,
que sobrevuela el desencanto,
de no esperar más nada.
Alguien se sentó a su lado,
sacó un cuadernito,
una vieja lapicera a fuente,
para escribirle su amor,
a esa mujer que pronto lo olvidó,
cuando marzo nacía;
derramó dos lágrimas,
que secó con su manga,
despacio se incorporó,
y como guijarros, tras de sí,
dejó caer una a una,
las partecitas de su corazón,
a lo largo de la avenida.
Mientras lo sentía alejarse,
él, inmóvil y a la espera,
ya descalzo sin más sueños,
en el cemento insensible,
entregado a la noche prematura,
que reclamando sus despojos,
buscará un lugar en sus historias,
para darle un digno final,
y con una balada de fondo,
se lo pueda de una vez llevar.

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