Se despierta su boca,
para despertar la mía,
mientras ella duerme,
como yo duermo,
y juegan a escondidas,
sin nosotros saberlo.
Se acarician en sonrisas,
rozándose se exploran,
en el tiempo heredado,
de la noche que no acaba,
compartiendo los secretos,
que los besos guardan,
los domingos de lluvia,
poco antes de las seis.
La serena rutina del deseo,
prudente las invita a bailar,
esa silenciosa melodía,
de los amantes primerizos,
donde aguardan los excesos,
en un marco de ternura.
Sin prisa llenarán las páginas,
que los recuerdos reclaman,
a lomos de los amores eternos,
que sólo viven un momento.
Se despierta su boca,
para despertar la mía,
mientras ella duerme,
como yo duermo,
para prodigarse en labios,
las pasiones postergadas,
que las sábanas no supieron,
darles curso, ni lugar.
miércoles, 26 de enero de 2022
SU BOCA Y MI BOCA
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