Sofía la bella,
tiene el amor tatuado en el alma,
así como un designio divino,
un legado del Olimpo,
y llena otras bocas de besos,
cargados de intenso carmín,
y enfrenta épicas batallas,
tan sólo portando su piel.
Sofía la bella,
guarda en su ombligo los nombres,
que cada noche,
escribe con sus pezones,
aunque tristemente sus ojos,
dificilmente,
recuerde algún rostro;
sus largas piernas conducen,
sin desvíos a su paraíso oculto,
y sus suaves y blancas manos,
son el ritual de cualquier deseo.
Sofía la bella,
ama desde el corazón,
ama en la explosión del sexo,
ama sobre las páginas en blanco,
ama por el umbral de las sombras,
ama en el remanso del río,
pero por sobre todas las cosas,
ama, para llenar sus bolsillos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario