El universo hace un alto,
cuando ella duerme,
y la vida suspira,
es que es tan linda cuando duerme,
y a la luna le crecen alas,
para llegar a su almohada,
a mezclarse con sus sueños,
y permitirse soñar también.
Cuando ella duerme,
los duendes juegan con su pelo,
las hadas pintan sus mejillas,
con estrellitas rosadas,
y los ángeles de la guarda,
hacen fila para cuidarla.
Cuando ella duerme,
el cuarto se llena de canciones de cuna,
de luces bailando,
de remolinos de ternura,
y no puedo dejar de mirarla,
y sentirme libre,
en la inmensa libertad,
de su sonrisa cuando duerme.
Ella detiene mi tiempo,
revela mis sentidos,
concilia mis acierto y mis errores,
y me lleva con ella,
a vagar por los cielos,
en su unicornio dorado,
que siempre la busca,
cuando ella duerme.
A veces dice palabras raras,
de esas que sólo entienden los elfos,
es que cuando ella duerme,
las fronteras no existen,
el horizonte busca acercársele,
para poder besarla.
Es como el rocío,
que se mezcla entre las flores,
cuando el sol se despereza,
para dibujar el alba.
Y yo mirándola,
como quién ve un ángel,
que nunca va a crecer,
que siempre será feliz,
y aunque así no sea,
por que la realidad golpea,
el universo siempre hará un alto,
cuando ella duerma.
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