Será por que no creo en el tiempo,
todavía espero un reto tuyo,
o alguna palabra de aliento,
acompañada por una sonrisa,
y, que se yo,
un silencio largo casi perfecto,
para después jugar a ser bohemios.
Lejos suena una trompeta,
muy lejos entre nubes de colores,
cierro los ojos, es jazz, eso creo,
estoy seguro que vos lo interpretás,
suave, acompañando el recuerdo,
de lágrimas que lloran por dentro.
La paleta recupera el talento,
sublime pasión de tus manos,
cuando el sol se toma un recreo,
cambiando su rutina de hoy,
para invitarnos al juego,
de demoler los molinos viejos.
Papá no es justo, no lo es,
que tus pasos no vuelvan a ser,
que siendo tan grande no estés,
viendo el otro lado de la luna,
sentados en la misma plaza,
sin que el mañana sea ayer.
Una vez y otra vez pienso,
en la anarquía de los sentimientos,
la rebeldía del descontento,
que parte desde el corazón,
y no es justo que sea cierto,
si apenas estaba aprendiendo,
a encontrar el camino,
por dónde comenzar el vuelo.
Papá, a veces tengo miedo,
que los ángeles no existan,
que no estén jugando en el cielo,
probablemente por eso,
tengo miedo que no seas vos,
ese ángel que creo que tengo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario