Un puñado de recuerdos,
hacen de mí una vida,
la elegía de los afectos,
el porvenir incierto,
y un desconocido talento,
a la espera del nuevo día.
Esta ambición cautiva,
de los traspiés progresivos,
tantas piedras en el camino,
y el amor, amor esquivo.
No puedo con la nostalgia,
glosario de mi tristeza,
desplegando en la luna llena,
mi penas como banderas,
y ruge en el silencio el espanto,
en las entrañas del pasado,
y en el rubor de la mañana,
mis manos siguen sin nada,
por que nada se torna el deseo,
en la piel marchita del tiempo.
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